España es uno de los rincones más privilegiados del continente europeo por lo que se refiere al número de especies. Su localización geográfica, su cercanía al continente africano, la existencia de dos grandes conjuntos insulares o la disposición de sus montañas han creado unas condiciones óptimas para que España sea uno de los países más ricos de Europa en términos de biodiversidad. En nuestro país existen casi 85.000 especies de fauna y flora -el 54% del total de especies europeas, y cerca del 50% de las especies únicas en Europa-, entre las que se incluyen unas 8.000 plantas vasculares, 15.000 hongos, 50.000 invertebrados y 635 especies de vertebrados.
Pero desgraciadamente en España también estamos sufriendo el mismo proceso que afecta a otros lugares del planeta. Así en los últimos cien años se han extinguido al menos 17 especies animales y 24 especies vegetales, el 26% de las especies de vertebrados se encuentra incluido en categorías de conservación poco favorables y las especies declaradas en peligro de extinción se han duplicado en los últimos 25 años, y en muchos casos afectan a especies tan emblemáticas como el lince ibérico, el águila imperial o el oso pardo.
Por ello WWF/Adena desarrolla un programa de conservación de especies y su hábitat que se centra de forma prioritaria en nuestras especies más emblemáticas y más amenazadas: El lince Ibérico, el águila imperial ibérica, el buitre negro, el alimoche, el águila perdicera, el oso pardo, el urogallo, el conejo de monte, la pérdiz roja, la cerceta pardilla, la nutria, la tortuga boba, los cetáceos, los tiburones y el atún rojo.
Una de las principales causas del deterioro de la biodiversidad española es el cambio climático que constituye una de las grandes preocupaciones actuales a nivel mundial.
Los estudios explican cómo la biodiversidad es más vulnerable en las regiones mediterráneas debido a la exposición a cambios climáticos más marcados. Este factor se suma al hecho de poseer más diversidad filogenética, lo que podría ser traducido como una mayor "cantidad de información evolutiva independiente en un conjunto de organismos".
A consecuencia de ello los científicos consideran que la Península Ibérica será una de las áreas más afectadas por el cambio climático, siendo afectadas las especies naturales de diversas maneras: por la contracción de su distribución, por migraciones hacia el norte, o por desplazamientos hacia altitudes más elevadas. En algunos casos más extremos, incluso podría causa la extinción de algunas especies.
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